Desde fines del siglo pasado, el género y los derechos de las mujeres se han instalado como tópicos habituales y cada vez más familiares al sentido común. Esto sucede por el efecto de muchos cambios sociales y políticos, y sobre todo, gracias a la fuerza de los feminismos, cuyas propuestas críticas sedimentan en una radical transformación cultural y epistemológica. Dicha transformación se inicia mucho tiempo atrás y continúa hasta nuestros días.
En un gesto de creatividad y usurpación, los distintos sectores subalternos no solo adquieren cada vez más reconocimiento en términos de derechos, sino que, además obtienen espacio, voz y relevancia en un campo que se inaugura y consolida en términos de una hegemonía masculina, blanca y burguesa
Las revoluciones modernas -y la Revolución Francesa en particular-configuran el terreno político donde se siembran las bases remotas del movimiento feminista y en el que también se articula una lógica argumentativa que signa los posteriores debates jurídicos de este movimiento. La igualdad es, en simultáneo, un concepto central de la política moderna, ineludible a la hora de pensar el derecho y una noción nuclear para el movimiento feminista. A través de dicho principio, los modernos estados prescinden del estatus social para considerar a todos sus miembros como iguales bajo su órbita política. Precisamente, el movimiento feminista emerge como organización de las acciones de las mujeres en torno a la declaración de la igualdad como una garantía de derecho. Así, en el abordaje de las discusiones feministas sobre el derecho, la igualdad aparece como un elemento central e ineludible, haciendo del trinomio feminismos-derecho-igualdad un triángulo equilátero.
Esta investigación se propone un recorrido cronológico y analítico de las incursiones feministas en el derecho. El análisis y la sistematización aquí propuestos quedan así demarcados en torno a los debates sobre la igualdad y el derecho en el área de los feminismos jurídicos.