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- etras sin fronteras. Letras, letras reunidas en una antología de cuentos, relatos y poemas. Letras que se unen en un tiempo de desayuno en la hierba, o en un café sorbido en una plaza desierta en tiempos de pandemia.
Letras que enlazan un abuelo desconocido, una enfermera voluntaria en la costa sur que sueña las Malvinas en guerra.
Letras que trazan paralelismos entre la espera de la hora para saltar, el empujar un carro cartonero o la cena de varios hereditarios en un atardecer de pobreza.
Letras que piden por favor, Silencio porque lejos, ha llegado una última carta, ha muerto un personaje o hay sangre en una vereda. También porque ronda un puma y porque hay que tener cuidado con los perros tal como lo señalan las advertencias al anochecer.
Letras que acompañan a Briseida en su viaje final, al anclaje en un puerto de barcos grises, mecidos por las alas de un mago, la transformación de la escritora en... nada menos que un libro y, por qué no, a la que se casó con un flor de bolú y que hoy marcha con el pañuelo verde junto a sus nietas.
Letras que llenarán la casa vacía arrullada por el girar de las aspas de molinos de viento, mientras acá seguimos escribiendo sobre la vida, la obra colectiva desde el nuestro Taller Literario creado en lo que fuera un centro del horror, en el que se intentó arrasar el capital simbólico, los ideales y las uto-pías.